«Sherlock Holmes; sus límites».
Conocimientos de Literatura: ninguno.
Conocimientos de Filosofía: ninguno.
Conocimientos de Astronomía: ninguno.
Conocimientos de Política: escasos.
Conocimientos de Botánica: desiguales. Al día en lo atañadero a la belladona, el opio y los venenos en general. Nulos en lo referente a la jardinería.
Conocimientos de Geología: prácticos aunque restringidos. De una ojeada distingue un suelo geológico de otro. Después de un paseo me ha enseñado las manchas de barro de sus pantalones y ha sabido decirme, por la consistencia y color de la tierra, a qué parte de Londres correspondía cada una.
Conocimientos de Química: profundos.
Conocimientos de Anatomía: exactos, pero poco sistemáticos.
Conocimientos de literatura sensacionalista: inmensos. Parece conocer todos los detalles de cada hecho macabro acaecido en nuestro siglo.
Toca bien el violín.
Experto boxeador, y esgrimista de palo y espada.
Familiarizado con los aspectos prácticos de la ley inglesa.