Renegados

Pero ya sabes… sin miedo, no hay coraje.

Mientras la anarquía sea sinónimo de caos y desesperación, los Anarquistas siempre serán sinónimo de villanos

Nova sacudió la cabeza, un tanto decepcionada con la humanidad.

Ace Anarquía se volteó y saltó. Saltó desde una altura de tres plantas, directo al fuego.

Porque aunque fuera perfectamente capaz de ocuparse de sí misma y no necesitara de Adrian ni de los sanadores para cuidarse, había algo en sus intentos apenas disimulados por ocultar su preocupación que a ella no podía dejar de resultarle encantador

La plegó dentro de la piel sobre el esternón, y subió el tatuaje de la cremallera que había dibujado allí hacía más de un mes.

Luego miró el cuerpo de Ace, caído a los pies del Capitán, y supo que esta parte de la leyenda también era mentira

Ace, haciendo que las campanas de la catedral tronaran y repiquetearan, solo para conseguir que Nova sonriera

Otra broma, aunque no tanto)

Cuando Adrian dibujaba, ella solo quería observar los movimientos rápidos, ágiles de las manos. Cuando sonreía, ella contenía la respiración para ver si la sonrisa de él sería lo suficientemente radiante para que aparecieran aquellos hoyuelos esquivos. Cuando la miraba, sentía la necesidad de mirarlo a su vez. Y también, ilógicamente, de apartar la mirada