Fresas

Está uno encerrado en la vida y tiene que esperar a que Dios abra el calabozo para ser libre. Pero cuando alguien se cuelga de un hermoso abeto, en verano, cuando los pájaros gorjean, el cielo está azul y las moscas zumban, los demonios persiguen a la pobre alma hasta el infierno. ¡Aunque lo más probable es que todo eso no sea verdad! La gente va al infierno, tanto si espera a la muerte como si la busca. Da exactamente igual. ¿Cuál es la consecuencia de todo esto?

cuando uno no tiene dinero ni suficiente conocimiento de la vida, se queda uno en poeta latino.

Vivían en nuestra ciudad y, por tanto, estaban a salvo de cualquier persecución. En nuestra ciudad vivían los locos, los criminales, los inocentes, los necios, los listos. Y todos gozaban de la misma libertad.

Aquella noche aprendí que no tiene sentido decir la verdad y que es más fácil explicarle a un no creyente en qué consiste Dios que a un hombre honrado lo que es un robo o a un ladrón la honestidad.

mi ciudad de origen vivían unas diez mil personas. De ellas, tres mil estaban locas, aunque no suponían ningún peligro público.