162. Según Dionisio, la Divina Oscuridad parece oscura solo porque es tan deslumbradoramente brillante, una paradoja que he intentado entender al mirar de forma directa al sol y observar el punto negro que florece en su centro. Pero, por convincente que sea esta paradoja o este experimento, no me interesa tanto en sí mismo como por el hecho de que, en la iconografía cristiana, esta «oscuridad deslumbrante» aparece con asombrosa regularidad como azul