Muy bien. Ahora, camaradas -dijo Fang, dirigiéndose otra vez a los ministros-, voy a proponer algunos cambios. En primer lugar, necesitamos que el ministro de Asuntos Exteriores Shen se ponga en contacto con los norteamericanos y les diga que ha sucedido un terrible accidente y que nos alegramos de que se haya saldado sin la pérdida de vidas humanas, añadiendo que los responsables pagarán por su error. Con este fin exijo el inmediato arresto del primer ministro Xu, del ministro de Defensa Luo y del ministro Zhang. Ellos nos embarcaron en la locura rusa que amenaza con destruirnos a todos. Ustedes tres han puesto en peligro a nuestra nación y deberán pagar por el delito cometido contra el pueblo.