Sobre la muerte de un perro

No nos andemos por las ramas: amemos a quienes nos aman o están dispuestos a hacerlo. No malgastemos nuestras pocas fuerzas en convencer.

Por la mañana los animales vienen a buscarte; te manifiestan su afecto. Su día comienza con un acto de amor y de confianza. Al menos ése es su impulso.

No, no son mejores, no nos dan lecciones morales: son iguales que nosotros, sólo que de una manera más humilde

«¡Que nunca quieras sembrar más de lo que puedas cosechar!», escribe Hafiz. Mis deseos sobrepasan mis necesidades y mis fuerzas

También es verdad que no tendría que escribir esto, ya que escribir es lo contrario de vivir

Entendido. Pero ¿de qué sirve ser tan poderoso y bueno si luego eres prisionero de las leyes ciegas de una Naturaleza que depende por completo de ti

Dios ha establecido las leyes de la Naturaleza con su inteligencia soberana. Pedirle continuamente que haga milagros sería como invitarlo a desdecirse.»

Por mucho que el reino mineral conste de polvo y lodo, es impecable al lado del reino de la vida, que no deja de excretar

Compartimos el mismo destino. Por eso no me da vergüenza hablar de un perro

con acentos muy penetrantes cuando habla del amor, del saber y de la renuncia