Una vez construida en la mente esta especie de galería de recuerdos, tendrá que visitarla cada noche antes de dormir.
Este tipo de maniobra no es adecuada para los casos de duelo reciente, porque el dolor demasiado intenso requiere momentos concretos durante el día para ser contenido y valientemente vivido. Solo en un segundo tiempo, cuando la herida es menos reciente y tiende ya a la curación, la galería de los recuerdos ayudará a remitir a la noche el momento triste y doloroso, inevitable aún, pero más contenible. La dosis de dolor presente en la evocación nocturna y el placer del recuerdo ayudarán a la transformación paulatina del dolor en nostalgia melancólica.