La versión que Carlos Martín ha hecho de El cementerio marino es digna de ser mencionada no sólo como ejemplo de fidelidad al original francés sino también por su nobleza formal, la belleza y el rigor de su lenguaje, la buscada adecuación al hondo sentido del poema, la notable transparencia de la dicción poética. La concurrencia de estas virtudes la enaltece entre las varias traducciones que en el mundo hispano se han realizado de El cementerio marino.