Es interesante pensar en un muro como bifacético, o sea, ver un muro como un artefacto de dos caras. Dependiendo de la cara desde donde estamos mirando, el muro cambia porque el mundo desde el que estamos mirando es distinto.
De uno u otro lado del muro los mundos que allí existen son subjetivos.
Los muros también son fronteras, fronteras geográficas existentes, de madera, tierra o concreto, pero también y al mismo tiempo) pueden ser fronteras simbólicas que nos separan unos de otros.
Los muros son límites, espacios delimitados entre objetos, personas, ideas.
Los muros pueden tener distintas dimensiones tanto de largo como de alto como de ancho porque los muros son tridimensionales. Hay muros que son altísimos inalcanzables de poder soslayar mientras que hay otros muros que son pequeños y fáciles de trasvasar, hay muros largos y extensos imposibles de recorrer y también los hay tan exiguos que con un pequeño saltito podemos evitar.