Frankenstein, la obra maestra de Mary Shelley, es un hito en la literatura gótica y de ciencia ficción, publicada por primera vez en 1818. A través de su innovador formato epistolar, Shelley narra la historia de Víctor Frankenstein, un joven científico que, impulsado por su ambición, crea vida a partir de materia muerta, sólo para encontrarse con las terribles consecuencias de su acto. El estilo lírico y detallado de la autora permite una inmersión profunda en las emociones de los personajes, así como una reflexión sobre la naturaleza humana, el conocimiento y la responsabilidad ética en la ciencia. Este contexto literario se enmarca en el Romanticismo, donde Shelley aborda temas de la lucha individual contra fuerzas mayores, cuestionando las nociones de creación y destrucción que resuenan hasta nuestros días. Mary Shelley, hija del filósofo William Godwin y de la escritora Mary Wollstonecraft, fue influenciada desde joven por el ambiente intelectual en el que creció. Su relación con el poeta Percy Bysshe Shelley y su participación en las conversaciones del Círculo de Byron también moldearon su pensamiento crítico y su perspectiva sobre la existencia humana y el sufrimiento. Frankenstein fue concebido durante un verano en Ginebra, en una competencia de relatos de terror, un contexto que suma a la curiosidad y al deseo de explorar los límites de la ciencia y de la condición humana. Recomiendo encarecidamente la lectura de Frankenstein a todos aquellos interesados en la exploración de la moralidad y el impacto de la ciencia en la vida humana. Esta obra no solo es un reflejo de las inquietudes de su tiempo, sino que también lanza advertencias sobre el desarrollo tecnológico y la pérdida de la humanidad. La profundidad temática y la riqueza de los personajes hacen de esta novela un texto imprescindible que invita a la reflexión y el cuestionamiento en cada página.