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Knjige
Irene Solà

Te di ojos y miraste las tinieblas

  • Cristinaje citiraoпрошле године
    Pero a la vieja, que dormía como una fruta podrida caída del árbol, sobre todo la vigilaba. Porque Margarida quería estar ahí cuando Bernadeta se muriera. Quería verlo. Quería ver cómo se le negaban la salvación y la gracia divina por haber andado tantas veces con el diablo.
  • Berenice Torresje citiraoпрошле године
    Lo entendió. Comprendió que todo tiene su precio. Y que el precio siempre es demasiado caro.
  • Mitzi Camposje citiralaпрошле године
    Había nacido, como todas las cosas que nacen. Pero Marta no se había muerto. Todavía. Como todas las cosas que mueren
  • IA zatosje citiralaпре 6 месеци
    Le gustaban los dichos del amo. «Mujer peluda, al diablo ayuda», «Cuando el demonio no puede, manda a la mujer», «Cuando el diablo duda, a la mujer pregunta», «Donde no hay mujeres las lleva el diablo».
  • Lou Lamagaje citiralaпрошле године
    Pero entonces Margarida lo entendió. Con el corazón en un puño. La cama de sus hijos estaba vacía y las mantas, frías, y Margarida lo entendió. Sabía que, por culpa del pacto que Joana había hecho y deshecho con el diablo, a ella le faltaba un cuarto de corazón y a Blanca le faltaba la lengua. Que aquella hermana suya amarillenta que se llamaba Esperança había nacido sin hígado. Al heredero le había faltado el agujero del culo. A Esteve, una oreja, a Guilla, el nombre, a Àngela, el dolor, a Martí el Coix, medio palmo de una pierna, y a Bernadeta, las pestañas, y después entendería que a
  • Abigail Mirandaje citiraoпре 16 сати
    Con hombres y con demonios, dormía Alexandra!
  • Abigail Mirandaje citiraoпре 16 сати
    Y se hizo la luz en la sala. Como una bofetada. Era una luz sucia. Mentirosa. Amarilla. Un ultraje.
  • Abigail Mirandaje citiraoпре 16 сати
    Entonces tocaron campanas. Campanas y más campanas. Que repicaban. Estridentes, metálicas. Campanas dentro de casa. Campanas que no celebraban un casamiento, sino que tocaban a muerto, avisaban de fuegos, de lobos, de tempestades, de ladrones, advertían de cosas terribles que ya llegaban, que se acercaban, para que todo el mundo se despertara.
  • Abigail Mirandaje citiraoпре 16 сати
    Dixit quod sic. Et eodem modo dixit. «Tú, Margarida Clavell, entregas tu cuerpo a Llobera, aquí presente, como fiel esposa.» Que nullum dedit responsum.
  • Abigail Mirandaje citiraoпре 16 сати
    Dios hizo el trigo, y el demonio la cizaña
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