Storytelling

Siempre pensamos que la Revolución Industrial terminó con la Segunda Guerra Mundial.

Los recuerdos están siempre gobernados por uno de los cinco sentidos.

ue hay que aprender a reconocer el poder de la metanarrativa en la que se enmarca nuestra vida, y que en algún momento no tendremos más remedio que «dejarnos llevar» y permitir que la transformación tenga lugar. P

odos necesitamos que nos escuchen. Todos tenemos una historia que contar.

El mero hecho de contar nuestra historia es ya de por sí un acto de poder. Oír y contar nos inspira. Oyendo y contando vislumbramos una vida mejor. El resultado es que nos convertimos en personas más valientes.

Las historias tienen una chispa, un poder: consuelan, conectan, transforman, destruyen, e incluso sanan.

La historia nos demuestra que las historias no contadas pueden tornarse en una especie de genio maligno encerrado en una botella. Cuando se descorcha la botella se desata su capacidad destructiva.

«El simple acto de elevar cualquiera de los sentidos, ya sea la vista, el tacto, el oído, el olfato o el gusto. Aislar uno de ellos siempre crea una conexión emocional.»
—
David Lynch

De las historias fascinante es imposible cansarse.

¿Cómo dotar a una historia de frescura e interés?