Rosy trabaja de asistente en el laboratorio de un hospital, donde no solo lidia con su vida, sino también con los seres evolucionados o “H.E”. Una nueva especie de humanos, peligrosamente letales, fuertes y salvajes. Sin embargo, recibe a uno de ellos, herido, y que solo transmite vacío, odio y profunda tristeza con sus hipnóticos ojos de color miel.