Mozart, el niño genio

Leopold les comenta que sus gobernantes son famosos por sus colecciones de arte, libros, objetos científicos, piedras preciosas y hasta animales disecados y plantas.
Y allí vive el maestro Haenke, que va a decidir su futuro.

especias y pondera su glühwein, abrigador y generoso, fuerte para los adultos y muy aguado y dulce para los niños,

la casera les trae sendos jarros de vino caliente

La primera escala es Traunstein, un pueblo pequeño, como recostado sobre el repecho de las montañas, al sureste del lago Chiemsee

Casi le tiemblan las manos al maestro cuando accede a tocar un nuevo minueto ante la mirada atenta de su vástago.

Alguna vez, alguien le preguntará, en el futuro, por qué su música es tan acariciante.

—Es como viajar en el Danubio —responderá el joven músico, sin titubeos.

Pese a que es tan pequeño, él siente esa música, la saca de su alma, la crea

Él juega, siente que la música se le mete por la piel y goza como un bendito.