Intermezzo

¿Y si la vida no fuese más que una sucesión de experiencias en esencia inconexas?

Cuando yo tenía tu edad, la vida no había ni empezado a sucederme todavía. No recuerdo casi nada de antes, sinceramente, esa es la verdad. ¿Sabes?, todo el mundo con veinte años tiene esos problemas de los que hablas: sentirse excluido, pensar que no le caes bien a la gente. No son problemas graves, a tu edad, aunque lo parezcan. Tal vez te mueves a una longitud de onda distinta de algunas chicas que has conocido en la universidad. Pero te lo digo: eres muy atractivo. De verdad. Las mujeres se van a enamorar de ti, créeme. Ahí es cuando empiezan los problemas.

Pero a veces pienso que, en realidad, no tengo ese poder sobre mi vida. O sea, no me podía montar una personalidad nueva de la nada. Y las cosas iban pasando.

Pero a veces pienso que, en realidad, no tengo ese poder sobre mi vida. O sea, no me podía montar una personalidad nueva de la nada. Y las cosas iban pasando.

Le pregunta si va a la universidad, y él le cuenta que acaba de terminar la licenciatura en física teórica.

Le pregunta si va a la universidad, y él le cuenta que acaba de terminar la licenciatura en física teórica.

Deja que los ojos se le vayan una fracción de segundo a las manos de Ivan, que descansan en su regazo: unas manos bonitas, delicadas, se ha fijado antes, mientras jugaba al ajedrez.

Una palabra por la que corre la sangre, una palabra roja. En una conversación casual es mejor usar palabras grises o beiges.

Pasaba un montón de tiempo en su piso, en el de Sylvia y Peter, hasta estuvo una temporada durmiendo en el sofá, cuando él, cuando ellos dos.

No tuvimos una sola conversación de verdad en la vida. Dobla el pañuelo y se lo guarda en el bolsillo. Ah, le das demasiada importancia a las conversaciones, dice ella. La vida no es solo hablar, sabes