—¿Habéis arreglado las cosas u os tengo que dejar un poco más de tiempo?
Arthmael y yo parpadeamos. Entrecerramos los ojos…
—Hazan —lo llamo con aparente calma—, odiaría pensar que nos has tenido aquí abajo más tiempo del necesario en una especie de encerrona… Tú jamás harías eso, ¿verdad, pequeño mío?
—Entonces, ¿las habéis arreglado?
Arthmael gruñe.
—Las hemos arreglado, renacuajo, pero lo que no se va arreglar tan fácilmente va a ser tu túnica cuando te la haga pedacitos con mi espada después de esto.
—Sin amenazas, o dormís ahí.
—Vas a sufrir el peor ataque de cosquillas de siglos, Hazan —le advierto.
—Habrá merecido la pena —dice la voz infantil, riendo.
JAJAJAJAJAJA Te amo Hazan