Y al caer al suelo
las variadas flores como las de Castilla,
allí en su tilma quedó la señal,
apareció la preciosa imagen
de la en todo doncella Santa María,
su madrecita de Dios,
tal como hoy se halla,
allí ahora se guarda,
en su preciosa casita,
en su templecito,
en Tepeyácac, donde se dice Guadalupe.