Estaba yo tan contenta, tan tranquila, que podía pasarme el día entero sentada, mirando nada más cómo avanzaba el tiempo, sin angustia, sin preocupación, sin prisa, entregada nada más a la delicia de ese instante. Pensando en ti. Pero no un pensamiento de algo concreto y determinado. Era una sensación total, sin contornos, de plenitud, de exaltación, de alegría. Yo sé que tiene su raíz en ti, que a ti debe su existencia. Y l