El día de su cumpleaños, Susana lo buscó apenas se despertó. Era una caja de cartón. Ya esperaba ver velas o algún santo cuando la abrió y vio un libro de bolsillo que prometía crímenes e investigaciones. Alguien por fuera de este mundo le hablaba directamente. Se le nubló la vista. Abrió el libro. En la página blanca, antes del título y la historia, decía: «Para Susi. Me alegra que hayas encontrado tu tiempo. Espero que no hayas leído este, tu amiga que te quiere, Hilda».
me destruyó, hasta me puso piel de gallina