Vivo por ella

amor no se mide por lo interesante que eres o por las cosas que te gustan o no. Es algo que simplemente llega, que va naciendo, que crece dependiendo de la forma cómo se siembre. Con una bella palabra o con una forma cortés de tratar al otro el cariño puede apoderarse de nuestro corazón.

No pude evitar sonreír al observar a quien fuera, para mi gusto, la chica que más llamaba mi atención.

unos ojos llamaron mi atención. No sé cómo, no sé por qué, pero estos ojos tenían algo diferente a los otros cientos que había visto

ellas no respondieran ni un simple «hola», o tuvieran fotos falsas para llamar la atención de los hombres libidinosos que solo buscan que esas chicas les muestren sus atributos a través de una cámara web.

Eché un vistazo a los perfiles, como siempre mujeres hermosas, voluptuosas, rubias, castañas, morenas, blancas, de cuerpos esculturales, de ojos de todos los colores, de rostros disparejos, con anteojos, con escotes, recatadas, desequilibradas, reprimidas, liberadas…

noche escribí mi correo electrónico, mi contraseña, y con un solo clic, miles de fotografías, personas y rostros diferentes se apoderaron de la pantalla del ordenador

he sido una persona muy tímida, de pocos amigos, que no sale mucho de casa y que prefere quedarse escuchando música en medio de la soledad de la habitación

Con tantos peligros latentes dentro de esa inmensa red global, con tantas circunstancias extrañas que pasan, con la incertidumbre de no saber quién está detrás de esa pantalla o qué intenciones tiene

empecé a echar de menos cuando ya era demasiado tarde. Me demoré.

Nadie puede cambiar a alguien; pero ese alguien puede convertirse en la motivación por la que todo