In vitro

El parto es como el mar, dice la doula. No te atrevas a darle la espalda.

Ser madre es intercambiar tu trascendencia pública por una serie de significados íntimos, dice Rachel Cusk. Por muy preparada que esté una mujer, la transformación es radical y súbita: todo lo que le ha ocurrido desde su nacimiento hasta el momento del parto cobra nuevo sentido.

El parto es el naufragio de una gran pecera que de pronto revienta y puebla el territorio. ¿Qué territorio? Uno del que no existen mapas y que atravieso no como madre, sino como hija de mí misma

Quiero decirlo todo y saberlo todo y escucharlo todo, romper con el pacto de silencio que mantiene en aislamiento los temas dolorosos relacionados con la maternidad

“Los días son donde vivimos”, dice un poema de Philip Larkin que repito en voz baja, como mantra. “Están para que seamos felices en ellos”, continúa con candor irresistible, y luego pregunta, resignado: “¿Dónde podemos vivir sino en los días?”.

Si Larkin hubiera vivido esta pandemia, el poema quizá diría: “El momento es donde vivimos”.

De un día a otro adquiero el don de la ubicuidad: me encuentre donde me encuentre, estoy siempre con ella. Aurelia es una segunda vida

Lo más fácil sería empezar por el principio, pero el principio no significa nada sin lo que vino después y lo que vino después no significa nada sin el final. Me gustaría no tener que escoger el orden de los sucesos que forman esta historia, contar todas sus partes al mismo tiempo, una encima de otra y de otra y de otra hasta que las palabras se confundan y se conviertan en bloques de tinta y nada más.

Dice Simone Weil que el dolor conduce al crecimiento y a la luz, mientras que la aflicción es la condición de la víctima

Lo que elijo no decir también está escrito. Algo se queda en los márgenes de la fotografía.

No te nombramos porque existes, te nombramos para que existas.