–Mais c’est magnifique –exclama la mujer francesa–, toute cette histoire.
Oui, madame, me veo tentada de decirle, las grandes potencias se aseguraron de que aquí se produjesen avatares históricos de todo tipo. También se aseguraron de que las desquiciadas y maleables fronteras cortaran por la mitad familias, mentalidades y generaciones futuras. Noto que Rado está pensando algo parecido.