Las billeteras de las mujeres suelen mostrar mucho menos dinero que la de los hombres. Incluso llegan a salir de sus casas sin saber cuánto dinero llevan. Cuando administran, generalmente lo hacen con los dineros destinados a la infraestructura hogareña, controlan y regulan «el dinero del mes» y se empeñan en extraer el mayor provecho del dinero para la supervivencia. Excepcionalmente, cuando su situación económica lo permite, se ocupan de los dineros «sobrantes». Hasta podría llegar a decirse que mientras los hombres administran los dineros de la abundancia, las mujeres, preferentemente, administran los de la carencia