En cualquier caso, no se conforman con eso. Podemos debatir sin fin si son más o menos sabias que las otras, lo cierto es que nunca se han recuperado del estupor que les prohíbe vivir sin preguntarse por qué viven, qué sentido tiene todo esto, si es que lo tiene. La existencia es para ellos un signo de interrogación y aunque no excluyen que este interrogante no tenga respuesta la buscan, es más fuerte que ellos. Dado que otros la han buscado antes, y que algunos, incluso, pretenden haberla encontrado, se interesan por sus testimonios. Leen a Platón y a los místicos, se convierten en lo que llamamos espíritus religiosos, fuera de toda Iglesia