Dice algo y luego se ríe, pero la música suena en mis oídos y no tengo ni idea de qué está hablando, o a quién. Acerco la cabeza. No estoy acostumbrado a la sutileza. Y necesito saber si esto significa lo que creo que significa. Lo que quiero que signifique. Mi fuerza de voluntad está hecha jirones tan pequeños que apenas me puedo creer que esté aquí sentado sin traerla a mi regazo, sin jugar con los dedos en su pelo y frotar mi lengua contra la suya. Pero lo que me dice esta canción hace que mi león ruja, y estoy empezando a preguntarme si soy capaz de retenerlo.