El héroe perdido

Si a Leo le costaba soportarlo, para Piper debía de ser… Caramba, Leo ni siquiera podía imaginarlo. Se figuraba que eso también le haría sentirse insegura respecto a sí misma. Si la debilidad era hereditaria, estaría preguntándose si ella también podría venirse abajo como su padre.

—Es un comentario peligroso.

—Soy una chica peligrosa.

—Te creo.

Puede que él todavía no lo sepa, pero es mío

Se sentía mareado, pero ella le pareció lo más hermoso que había visto en su vida. Su pelo estaba quemado. Tenía la cara manchada de hollín. Se había hecho un corte en el brazo, tenía el vestido roto y le faltaba una bota. Preciosa.

Tampoco le importaba que Piper lo utilizara de almohada. Tenía una bonita forma de respirar cuando dormía: inspirando por la nariz y expulsando un pequeño soplo por la boca. Casi se quedó decepcionado cuando ella se despertó.

Piper lo utilizara de almohada.

—¡Piper! ¿Dónde está Piper?

vuelto muy guapa.

Se alegraba de

Clase de lucha contra monstruos. Sí, soy cinturón negro.

—Imaginé que sería duro. Sé lo que es perder a tu novio.