Fausto

¿Habré de leer, quizá, en miles de libros, que por todas partes los hombres se torturan y que aquí y allá hubo uno feliz?

El tiempo es breve y el arte es largo. Diría que debieras aprender: asóciate a un poeta que se afane en encontrar ideas y en amontonar sobre tu cabeza de laureado todas las nobles cualidades

sencillez es igual de fácil de imaginar. De nada sirve que lo ofrezcas todo entero, pues el público lo desmenuzará.

ganado a la masa y serás un hombre bienamado. La masa sólo puede ser movida por la masa y así cada cual se procurará lo suyo. El que mucho reparte, da un poco a cada uno, y así todos salen contentos de la sala. Si les das una pieza, dásela en piezas, con ese ragú te sonreirá la fortuna: lo representado con

se eleva con fuerza desde el polvo y va hacia los campos de los nobles antepasados.

Dos almas, ay, viven en mi pecho. Una quiere separarse de la otra. Una, con recio amor a la vida, se aferra al mundo sirviéndose de sus miembros prensiles; la otra

lágrimas caen, la tierra me recobra!

¡No soy como los dioses!, bien lo noto. Soy como un gusano que escarba el polvo y al que, nutriéndose de polvo, aplasta y sepulta la pisada del caminante.

corazón está plenamente entregado a ti. ¡Revélate!, aunque me cueste la vida

No sé nada sobre el sol y los mundos, sólo veo cómo se atormenta el hombre. El pequeño dios del mundo sigue igual que siempre, tan extraño como el primer día. Viviría un poco mejor si no le hubieras dado el reflejo de la luz celestial, a la que él llama razón y que usa sólo para ser más brutal que todos los animales.