Al llegar la hora conyugal, todos obedecen las órdenes de la hembra, que al parecer pasa lista y, uno por uno, los machos impares se acercan y tocan el estigma: el primero, el tercero, el quinto, el noveno, y así hasta acabar con la fila de impares. Luego llega el turno de los pares: el segundo, el cuarto, el sexto, etc