La naturaleza y las letras parecen tenerse una antipatía natural; si se las junta, se hacen pedazos entre sí. El matiz de verde que vio entonces Orlando quebró su rima y arruinó su metro. Además, la naturaleza tiene trucos propios. Una vez se miran por una ventana las abejas entre las flores, el bostezo de un perro, el sol poniente, se piensa: «¿Cuántos más soles veré ponerse?»,