Los árboles caídos también son el bosque

Y la flor, abierta como una boca que grita. Muda de sentido en su belleza.

El reposo es importante. En todo

Hay muchas cosas que no tienen nombre. Ciertos momentos del día, como aquel rojizo entre la tarde plena de luz y la noche, ciertos gestos, ciertos ritmos, algunas partes del cuerpo, algunos colores como verdes que no son ni agua ni musgo

Hay muchas cosas que no tienen nombre. Ciertos momentos del día, como aquel rojizo entre la tarde plena de luz y la noche, ciertos gestos, ciertos ritmos, algunas partes del cuerpo, algunos colores como verdes que no son ni agua ni musgo.

os árboles caídos también son el bosque.

Pero así como las sombras tienen la forma de aquello a lo que están encadenadas, el olvido no tiene otra forma más que la de aquello que cubre.

llenar el aire de risa.

Eso que no tiene nombre, existe.

Perderse en un lugar tan vasto se parece a un encierro.

Comienza a hacer frío, como si el frío fuera cayendo lentamente del cielo sobre todas las cosas y las abrazara antes de entrar en ellas y transformarlas.