Creo fielmente que la manera en la que alguien se relaciona con el mar es la manera en la que vive. Con arrojo, o no. Con curiosidad, o no.
Una tarde de vacaciones me puse a mirar cómo la gente se bañaba en el mar. Parecían haber tres líneas de resistencia ante la ola que viene y viene, y nunca va a no venir. En la vanguardia habían casi puros hombres jóvenes que se lanzaban bajo las olas más grandes. Los valientes. Me pregunté si de vuelta en sus casas, allá en la ciudad, cuando el verano se acaba, vivirán sus vidas con la misma valentía. O si ésta era la instancia en la que más vivos estaban. Me dio pena no encontrar ninguna mujer entre ellos.