El extranjero subrayado es una novela construida a partir de un compendio de relatos contados por un hombre, desde la cárcel, que se bifurcan con la intención de no contar el crímen cometido –como si omitirlo fuera desaparecerlo–, en el que van apareciendo imágenes, lecturas y personajes como vacunas, como paliativos: un estudio sobre la vida de los caracoles, un profesor de Historia Patria, la figura de la madre reformada por los sueños y un juicio en el que no se sabe qué se está juzgando. Se van formando, como si la novela fuera espuma, pequeñas burbujas narrativas surgidas del miedo y la angustia como un mecanismo de supervivencia y de salvación.