para gritar contra Trump no lo hacía por impericia, sino porque es la única forma que concibe de articular su descontento político. Es más, en el fondo carece por completo de dirección, de ideología fuerte, de programa, de proyecto que oponer, y sólo le queda comprar esa identidad para diferenciarse, para poder entrar en el mercado de la diversidad, ser alguien desigual a los contrarios de la gorra de Make America great again, que funcionan de una forma calcada aunque opuesta en el resultado.