Matadero cinco

Era absolutamente necesario recurrir a la crueldad porque Billy no hacía nada por salvarse. Billy quería abandonar. Tenía frío, hambre y vergüenza, y era un inútil. Después de esos tres días, apenas sabía si estaba despierto o dormido, y tampoco veía muchas diferencias entre andar o estar quieto.

cuando una persona muere solo aparenta morir. Sigue viva en el pasado, así que es una tontería que la gente llore en su funeral. Todos los momentos, pasados, presentes y futuros, han existido siempre y siempre existirán.

Buscó a tientas la luz, comprendió al tocar las paredes rugosas que había vuelto a 1944, al ho

Entonces a Billy se le ocurrió una idea descabellada. Su verdad le sorprendió. Sería un buen epitafio para Billy Pilgrim... y también para mí.

mentira, claro. No le había contado a nadie lo de todos los viajes en el tiempo que había hecho, ni lo de Tralfámador y demás.
—Debes de te

Alguna vez piensas en la guerra? —dijo, poniéndole una mano en el muslo.
—A veces —dijo Billy Pilgrim.

—De verdad —dijo Billy Pilgrim. Ya había visto gran parte de su matrimonio, gracias a los viajes en el tiempo, sabía que iba a ser al menos tolerable.
Un gran

claro, según los tralfamadorianos, el boina verde tendría siete progenitores en total.

Era la reina Isabel I de Inglaterra y Billy era Cristóbal Colón.

Poco después de acostarse esa noche, Billy viajó en el tiempo a otro momento que era bastante agradable: su noche de bodas con Valencia Merble. Hacía seis meses que había salido del hospital de veteranos. Se encontraba bien. Se había graduado en la escuela de optometría de Ilium, el tercero de su clase de cuarenta y siete.