bookmate game
es
Knjige
Emmanuel Carrère

El adversario

  • Valeria Villalobosje citiraoпре 5 година
    Deberían haber visto a Dios y en su lugar habían visto, adoptando los rasgos de su hijo bienamado, a aquel a quien la Biblia llama Satán, es decir, el adversario.
  • marteje citiraoпре 8 дана
    Es notorio que los hombres más notables son también los más modestos, los que menos se preocupan de la opinión que se tiene de ellos. Era la primera vez que Corinne, que había conocido sobre todo a seductores sibaritas como su ex marido, se relacionaba con uno de esos hombres especiales, sabios austeros o creadores atormentados a los que hasta entonces había admirado de lejos, como si solamente existieran en las páginas culturales de los periódicos.
  • marteje citiraoпре 9 дана
    Romand me dijo que la había visto en la televisión con Florence, a quien le gustó sin que la turbara. Él sabía que su historia no podía tener un buen final. Nunca confió su secreto ni trató de hacerlo. Ni a su mujer ni a su mejor amigo ni a ninguna de las almas caritativas cuyo trabajo consiste en escuchar y comprender: un cura, un psicoterapeuta, un oído anónimo de SOS Amistad
  • marteje citiraoпре 9 дана
    Los Ladmiral se acuerdan de haber visto con los Romand El gran azul, Papá Noel es una basura (que a continuación compraron en vídeo, y de la que conocían de memoria las réplicas: «Sí, eso es…», decían, imitando a Thierry Lhermitte), ballets de Béjart para los cuales Jean-Claude había conseguido entradas en la OMS, el one man show de Valérie Lemercier, pero también En la soledad de los algodonales, una obra de Bernard-Marie Koltès, que Luc habría de describir en su declaración como «un diálogo interminable entre dos jornaleros del algodón sobre la dureza de su vida, y del que varios amigos que nos acompañaban no entendieron nada». A Jean-Claude, en cambio, le había gustado, lo cual no extrañó a los otros porque le tenían por un intelectual. Leía mucho, preferentemente ensayos semifilosóficos escritos por grandes nombres de la ciencia, del tipo de El azar y la necesidad, de Jacques Monod. Se proclamaba racionalista y agnóstico, aunque respetaba la fe de su mujer, y apreciaba incluso que sus hijos frecuentasen una escuela religiosa: más adelante, serían libres de escoger. Entre sus admiraciones se contaba el abbé Pierre y Bernard Kouchner, la madre Teresa y Brigitte Bardot. Formaba parte del considerable porcentaje de franceses que pensaban que si Jesucristo volviera a la tierra sería para hacerse médico humanitario
  • marteje citiraoпре 16 дана
    Los dos se acordaron durante la instrucción del momento más fuerte de su conversación. Recorrían en el coche de Luc los muelles del Saona, Luc conduciendo y explicando que cuando se toca fondo es cuando hay que dar un talonazo para volver a la superficie, Jean-Claude escuchándole con expresión tristona de desaliento, como si estuviese ya en la otra orilla
  • marteje citiraoпре 16 дана
    Antoine Doinel, que, en Los cuatrocientos golpes, se salva de un apuro escolar contando
  • marteje citiraoпре 16 дана
    Un mentiroso, por lo general, se esfuerza en ser verosímil: como lo que contaba no lo era, debía de ser cierto
  • marteje citiraoпре 17 дана
    Un día el perro desapareció. El niño —por lo menos es lo que cuenta el adulto— sospechó que su padre lo había matado a tiros con su carabina. O porque estaba enfermo y el padre quería ahorrar a su hijo el dolor de verle agonizar, o porque había cometido un acto tan grave que la ejecución era el único castigo posible. Una última hipótesis sería que el padre hubiera dicho la verdad, que el perro había desaparecido realmente, pero no parece que el niño le diera crédito, tan arraigada estaba la costumbre de la mentira piadosa en aquella familia donde la regla era no mentir jamás
  • marteje citiraoпре 17 дана
    Un día el perro desapareció. El niño —por lo menos es lo que cuenta el adulto— sospechó que su padre lo había matado a tiros con su carabina. O porque estaba enfermo y el padre quería ahorrar a su hijo el dolor de verle agonizar, o porque había cometido un acto tan grave que la ejecución era el único castigo posible. Una última hipótesis sería que el padre hubiera dicho la verdad, que el perro había desaparecido realmente, pero no parece que el niño le diera crédito, tan arraigada estaba la costumbre de la mentira piadosa en aquella familia donde la regla era no mentir jamás.
  • marteje citiraoпре 20 дана
    Las partes civiles eran las únicas que no le miraban. Sentada justo delante de mí, entre sus dos hijos, la madre de Florence clavaba la mirada en el suelo como si se agarrase a un punto invisible para no desmayarse. Había tenido que levantarse esa mañana, desayunar algo, escoger su ropa, hacer el trayecto desde Annecy en automóvil, y ahora estaba allí y escuchaba la lectura de las veinticuatro páginas del informe del fiscal. Cuando llegaron a la autopsia de su hija y de sus nietos, la mano crispada con que apretaba contra la boca un pañuelo hecho una bola empezó a temblar un poco. Yo habría podido, extendiendo el brazo, tocarle el hombro, pero me separaba de ella un abismo que no era solamente la intolerable intensidad de su dolor. Yo no le había escrito a ella ni a los suyos, sino al hombre que había destruido sus vidas. A él creía yo deberle atenciones porque, al querer relatar esta historia, yo la consideraba suya. Yo almorzaba con su abogado. Estaba en el otro bando.
fb2epub
Prevucite i otpustite datoteke (ne više od 5 odjednom)