El convenio de neutralidad estipula que todo prisionero que consigue llegar a un territorio neutral queda ipso facto autorizado a permanecer en él, y el Gobierno lo tomará a su cargo en espera de una posible repatriación. Esta es una cláusula que respetan los Gobiernos del mundo entero, ningún país neutral, cualquiera que sea, enviaría jamás tras las alambradas a un prisionero evadido.