Oda a Selene o Diana
Luna inmortal, en el brillo del esplendor de la doncella.
Dispara tus rayos, divina niña de Latona.
Tus rayos plateados definen todas las cosas más groseras,
Y esconder la dura verdad en la dulce ilusión suave.
En tu suave luz, la ciudad de los disturbios
Que se mantiene tan escuálido en el resplandor de tu hermano
Se quita el hábito, y en silencio bendice
Se convierte en una visión, brillante y justa.
El mundo moderno, con todo lo que es cuidado & dolor,
Las calles llenas de humo, los horribles molinos que chocan,
Enfréntate a tus rayos, Selene, y otra vez
Soñamos como pastores en las colinas de Chaldæa.
Presta atención, Diana, a mi humilde petición.
Transmitirme donde mi felicidad pueda durar.
Dibújame contra la marea del mar agitado del tiempo
Y dejar que mi falda descanse en medio del pasado...