Respecto a la cuestión de poner nombre a los animales, permitidme que os cuente la alegría que me llevé cuando descubrí que, al parecer, la palabra yeti, traducida literalmente, significa «esa cosa de ahí».
(—Rápido, mi valiente guía himalayo, dígame: ¿qué es esa cosa de ahí?
—Yeti.
—Comprendo.)