A finales de los años ochenta una familia homomarental se muda con una niña y un niño (hermanos mellizos) a un pueblo recóndito de no más de treinta habitantes intentado esconderse del estigma social que provoca la enfermedad de una de las madres que es portadora del VIH.
El pueblo (la heteronormatividad) recibirá con desconfianza la llegada de las mujeres lesbianas, cuestionando desde el primer momento su forma de vida y que críen formando una familia.
Este choque entre la familia diversa y el pueblo se concretará en varios episodios en los que empezarán a suceder cosas terroríficas en el pueblo: monstruos, gritos, todo rodeado de un halo onírico y surrealista.