Para el trabajador moderno, la consideración del trabajo como “profesión” es algo tan característico como la correspondiente concepción del enriquecimiento para el empresario. [Por eso, podía chocar entonces que un observador anglicano // tan austero como sir William Petty* imputase el poderío económico holandés en el siglo XVII al hecho de que, en Holanda, los dissenters,* particularmente numerosos (calvinistas y baptistas) eran gente que consideraba “el trabajo y la industria como un deber para con Dios”. A la constitución social “orgánica” (en la orientación fiscal-monopolista que adoptó en el anglicanismo bajo los Estuardo y sobre todo en la concepción de Laud*), y a la alianza del Estado y la Iglesia con los monopolistas sobre una base cristiano-social, oponía el puritanismo (cuyos adeptos eran apasionados adversarios de este capitalismo oficialmente privilegiado de los grandes comerciantes, de los explotadores del trabajo a domicilio y de los mercaderes coloniales) los impulsos individuales de lucro racional y legal conseguido gracias a la propia capacidad e iniciativa, que de modo tan decisivo contribuyeron al florecimiento de las industrias creadas sin el apoyo (o a pesar del apoyo, o incluso en contra suya) del poder público, mientras que las industrias monopolizadas privilegiadas por el Estado desaparecieron nuevamente en Inglaterra. Los puritanos (Prynne,* Parker*) rechazaban todo contacto con los “cortesanos y proyectistas” de estilo grancapitalista (a los que consideraban como una clase social éticamente recusable), sintiéndose orgullosos de la superioridad de su propia moral burguesa mercantil: y esto precisamente constituía // la verdadera razón de las persecuciones de que fueron objeto por parte de aquellos elementos: Defoe se proponía ganar la batalla contra el dissent boicoteando sus bancos y retirando depósitos. La oposición de los dos tipos de comportamiento capitalista guardó relación estrechísima con la oposición de idearios religiosos. Los adversarios de los no conformistas se burlaron siempre del spirit of shopkeepers que a su juicio representaban éstos, y los persiguieron como corruptores de los antiguos ideales ingleses. Aquí también tenía sus raíces la oposición del ethos económico puritano contra el ethos judío, y los contemporáneos como Prynne sabían que no el último, sino el primero, constituía el auténtico ethos económico burgués.]
El proceso economico enfrentandose dos tipos de capitalismas, el puritanismo por un lado con un logica antimonopolista estatal y el judeo ethos judeo que era el originario del grancapitalista o granburgues que tomaba sectores completos de lae ocnomia y los monopolizaba