Maggie Nelson

Quiero que sepas, si algún día lees esto, que hubo un tiempo en el que hubiera preferido tenerte a mi lado antes que cualquiera de estas palabras; hubiera preferido tenerte a mi lado más que todo el azul del mundo.

Si estás enamorado del rojo, te cortas o te disparas. Si estás enamorado del azul, te llenas el bolsillo de piedras perfectas para chupar y te diriges al río. Cualquier río servirá.

el error de pensar que todo deseo es anhelo.

Quiero que sepas, si algún día lees esto, que hubo un tiempo en el que hubiera preferido tenerte a mi lado antes que cualquiera de estas palabras; hubiera preferido tenerte a mi lado más que todo el azul del mundo.

Simone Weil advirtió lo contrario: «El amor no es consuelo. Es luz».

Tú eres la única que sabe cuándo estás usando las cosas para resguardarte y cuidar que tu ego no se fragmente y cuándo te abres y dejas que las cosas se caigan a pedazos, dejando que el mundo sea el que es y trabajando a su lado en lugar de luchar contra él. Eres la única que lo sabe
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. Pero la cuestión es que ni siquiera una lo sabe siempre.

Los bebés crecen en una hélice de esperanza y miedo; y el periodo de gestación te acerca a lo más profundo de la espiral. No es un espacio cruel, pero sí oscuro.

Si una lleva bien su soledad, este es el premio.

No importa si eres una persona maravillosa, no importa cuánto amor tengas para dar, no importa cuán madura o sabia o exitosa o inteligente o responsable seas, cuando eres una madrastra siempre sufrirás una vulnerabilidad estructural al odio y al rencor, y es realmente poco lo que podrás hacer al respecto, salvo aguantar y mostrarte dispuesta a sembrar las semillas de la cordura y la buena fe a pesar de la mucha mierda que te tiren encima. Tampoco esperes que se reconozca tu labor: para la cultura, los padres biológicos son sacrosantos por definición, mientras que los padrastros y madrastras son unos entrometidos, egoístas, estafadores, sustancias contaminantes y pedófilos.

palabras cambian según quien las dice.