Tahereh Mafi

Quizás no soy un monstruo.

Quizás las cosas pueden cambiar.

Los elementos naturales estaban en guerra entre ellos porque abusamos del ecosistema. Abusamos de la atmósfera. Abusamos de los animales. Abusamos del prójimo.

Me besa como si me hubiera perdido y encontrado y me estuviera escapando y nunca me fuera a soltar.

—Bueno —susurra, con los labios en mi oído—, ahora el mundo entero va a venir a por nosotros.

Echo la espalda hacia atrás. Lo miro a los ojos.

—Que lo intenten.

Es el tipo de vínculo que nunca he tenido, que nunca tendré.

Demasiado duro para mostrar dolor.

Hola.

Mundo.

Me olvidarás.

La luna entiende qué significa ser humano.

Incierta. Sola. Llena de cráteres debido a sus imperfecciones.

Nunca quise hacerle daño.

Nunca quise hacer daño a la única persona que no quiso herirme.

De repente, el mundo significa algo para mí, la idea de humanidad significa algo para mí, el universo entero se detiene y gira hacia la otra dirección y yo soy el pájaro.

Soy el pájaro y estoy echando a volar.