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Dado que las vacaciones estaban ya al caer, debía presentarse de un día a otro.
Al principio cuidaba de los niños una joven que, para desdicha de ellos, había muerto.
Al principio cuidaba de los niños una joven que, para desdicha de ellos, había muerto.
Sencillamente, se espantaban, sobre todo al conocer la condición principal.
—Que era...
—La de no molestarlo nunca; nunca, riguro-samente nunca. No recurrir a él, ni quejarse, ni escribirle por ningún concepto. Debían resolver por sí mismas todos los problemas; recibir el dinero de su administrador, tomar todas las cosas en sus manos y dejarlo en paz.
—Que era...
—La de no molestarlo nunca; nunca, riguro-samente nunca. No recurrir a él, ni quejarse, ni escribirle por ningún concepto. Debían resolver por sí mismas todos los problemas; recibir el dinero de su administrador, tomar todas las cosas en sus manos y dejarlo en paz.
Por un momento creí reconocer, débil y lejano, el grito de un niño, y en otro creí percibir ruido de pasos ante la puerta de mi habitación.
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