De modo que los niños mongólicos de Down no habían alcanzado el pleno crecimiento, y estaban condenados a seguir siendo infantiles y dependientes toda su vida. Pero, al igual que sucedía con los miembros de otras razas atrasadas, con un adecuado tratamiento y mucha paciencia se les podían enseñar bastantes cosas útiles.
En Islandia se los quitaban de encima nada más nacer