Redescubrir a Emile Zola por medio de esta intensa novela es recordar porque los clásicos siguen vigentes.
La historia de Therese y de Laurent que por su codicia, sus bajas pasiones y depravacion vemos lentamente como se consumen, es simplemente genial. La historia me pareció una mezcla entre Dostoevsky, Edgar Allan Poe y “Cumbres Borrascosas” de Emily Brontë pero con su propia fuerza y personalidad, lo que nos da por resultado un drama psicológico y perturbador en el que las consecuencias a raíz de un crimen aborrecible traerá consecuencias terribles para todos sus personajes.
Tengo que seguir leyendo más de este gran y olvidado escritor.