Yusdi Cortez R.

Pero yo soy un hombre libre, y en tu caso reconocer eso frente a tu futuro cuñado no es buena idea —dijo girándose hacia él por completo. Vladimir sonrió con la arrogancia que lo caracteriza.
—Estoy aprovechando mi soltería, porque aún no me comprometo con tu hermana. Tú harías lo mismo. —Eric asintió dándole la razón

—¡No vuelvas a decir eso de ella jamás! —exigió con algo más que furia: ¡Miedo! ¡Mucho miedo! Andy sabe que se pasó de la línea con el comentario, pero quiere hacerlo entender que su manera de protegerla le está haciendo demasiado daño.
—Eso terminarás haciendo con ella, Vladimir.
—Jamás voy a dañarla.
—Es lo único que has estado haciendo desde que la conoces. —Vladimir lo soltó de abrupto, retrocediendo y cayendo de rodillas al suelo como si lo hubiera alcanzado un rayo, entonces se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar desgarradoramente.

Las amenazas de mis padres son las mismas y estoy buscando desesperadamente los medios para convencerlos de que me den esa semana; solamente una y hará la diferencia, pero sabes que también necesito que Emilia tenga la fortaleza para sacarle provecho a esa oportunidad; la única oportunidad que voy a tener en toda mi jodida vida.

ayudarás mucho, aunque te recomiendo que la próxima vez no te arregles tanto, necesitamos encontrar un punto intermedio donde llames la atención pero no acapares todo. ¡Soy un maldito volcán por tu culpa justo ahora!

Me ayudarás mucho, aunque te recomiendo que la próxima vez no te arregles tanto, necesitamos encontrar un punto intermedio donde llames la atención pero no acapares todo.

Usted le lleva muchos años, podría ser su hija.
—Y tuya también.

«¡Aunque algún día te vayas de mi lado, quiero decirte que te veré de nuevo! ¡Algún día veremos juntos el mismo amanecer!».

¡Hoy, después de un siglo de luto por fin he amado, te he adorado y me he vuelto tuyo! —Selló sus palabras con un beso y se giró para retirarse.

llama Billy.
—¿Qué clase de nombre es ese? —preguntó molesto.
—Uno muy bonito —replicó.
—Ah, ¿sí? ¿Y qué? ¿También tiene nombre de héroe? —Emilia frunció el ceño, extrañada.
—¿Perdón? No entiendo de qué habla —dijo haciéndolo sentir como un tonto.

Se llama Billy.
—¿Qué clase de nombre es ese? —preguntó molesto.
—Uno muy bonito —replicó.
—Ah, ¿sí? ¿Y qué? ¿También tiene nombre de héroe? —Emilia frunció el ceño, extrañada.
—¿Perdón? No entiendo de qué habla —dijo haciéndolo sentir como un tonto.