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El espejo es otro mundo, como nos demostró Alicia en el país del espejo

Y ahora dime: qué narcótico es el olvido.

Y ahora dime: cómo se nombra el firmamento.

Y ahora dime: qué significa nuestro cuerpo.

Y ahora dime: si el futuro no es lo que era...

Pero la escritura de Ocampo es íntima a la vez que violenta, pública y política, exhibicionista y profundamente intelectual. Claro que estos adjetivos no parecen encajar con el tópico que asigna a la mujer una escritura poco elaborada, de cuarto de estar…

Este volumen, Levanto mi voz. Radiofonías (1967-1972), se presenta como un ejemplo de la vocación literaria y cultural de aquella generación de mujeres que, tras vivir la Edad de Plata, de encarnar el estereotipo de la nueva mujer moderna frente al caduco «ángel del hogar», vieron rotos sus proyectos vitales pero no se rindieron.

testimonio de una época y de una voz que arde sin descanso

tema principal del texto radiofónico; esto es, la mujer ante la literatura.

Era una mujer muy anciana y muy castigada por la vida, durísima con ella y sus hijas, pero conservaba el amor por las flores, por la música

yo sabía que aquello era, además, un símbolo: salvar la vida sombría, gris, penosa, a veces trágica, con el conjuro soberbio de la rosa.

Dios la tendrá junto a Sí, lo sé, con una rosa en la mano.

vino mi adolescencia lejana a apoyarse en mi hombro