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Quizás toda flora, aun la que vive en nuestra cabeza, merece nuestro cuidado.

Él me tomó de la mano y me dio un beso como ninguno, uno que me indicó que quería pertenecer a ese lugar, que lo tenía clarísimo. Y decidí volver a intentarlo

una vez que sanamos, nos damos cuenta de lo que nos estábamos perdiendo por no poder ver más allá de lo que nos dolía.

Perros, gatos, serpientes, cucarachas, no hay límite. Vegetales, plantas, árboles. Todos hablan. Los seres humanos sabíamos escucharlos, pero el exacerbado materialismo nos ensordeció: anulamos la intuición y perdimos la comunicación interespecies.

Los animales nos explican cosas.

porque lo mejor de las historias no sucede al inicio ni al final, sino en el transcurso

Nos enseñan a sobrevivir los lunes, a tomar café y a hacernos a la idea de que si amas tu trabajo, nunca más existirán los lunes difíciles. Spoiler: es mentira. En realidad, se trata más bien de encontrar a la persona correcta para sobrevivir a los “domingos de bajón”. Después el lunes ya es lo de menos

a partir de ese momento, la ternura radical se convertiría en una fuerza que no la abandonaría.

Es más, se convertiría en su razón para seguir viviendo.

l mar siempre será mi pregunta infinita.

Me enseñas todos los días que el amor sucede entre carcajadas y tazas de café

No puedo escribir de mis veinte sin pensar en ti. No existe una parte de mi historia sin ti, tengo que aceptarlo.