Vicente Leñero

Transición.) ¿Ya comemos, abuela? Traigo un hambre que me rechinan las tripas

aquéllos querían irse en el mismo taxi, nada brutos. Pero nos pusimos firmes, chiquitos: nanay, a la goma. Les dimos su buen cortón. Se quedaron con el ojo cuadrado los pobres. Qué risa

cuando la estuve muele y muele para que me diera más detalles, yo toda morbosa, ella como una tumba. Hasta me cayó mal. Luego Chela es así. Bien rara para muchas cosas. De pronto es muy comunicativa: te cuenta detalles de sus chavos