La manipulación, la extorsión (chantaje) emocional, compadecerse de sí mismo, la irritación constante, el rencor, el resentimiento, provocar culpa o adoptar el rol -pobre de mí -qué he hecho yo para merecer esto -nada ni nadie puede ayudarme , o -mi dolor es más grande que el tuyo, son algunas de las formas negativas de manejar el dolor, de quedarse pegado al dolor. En cambio, si contactamos profundamente con él, creceremos desde el dolor. Al otro lado del dolor se esconden nuevas vivencias y sensaciones; y principalmente el sentirnos plenamente vivos. existe un más allá del dolor. El dolor puede ser trascendido. Y ahí es cuando se vuelve una experiencia espiritual.